Sin inteligencia emocional, no hay liderazgo
Como bien sabemos, el liderazgo es un término que se compone de numerosos elementos y que si realmente se trabaja en ello, puede llegar a desarrollarse con éxito.
Ser líder es esencial y todos deberíamos esforzarnos para serlo. Pero, ¿qué componentes tiene un líder? Ya sabéis que son muchos, como hemos hablado en varias ocasiones. Pero hay uno que es fundamental: La Inteligencia emocional.
Está claro que un líder debe mantener la calma en todo momento y mantener – o al menos dar esa sensación – de tenerlo todo bajo control. ¿Por qué? Porque es imprescindible para una persona que, no lo olvidemos, es referencia para muchas otras, llamémosle equipo, amigos o incluso familia. Y, porque recordemos, las emociones, los sentimientos y las sensaciones SE CONTAGIAN.
Los retos son el día a día del liderazgo. Una persona, sí persona, que son capaces de centrarse al 100% en sus objetivos de trabajo, hacerles frente y sí, lo has oído bien, personas, que tienen miedos pero que no se dejan guiar por él, que son capaces de trabajar junto a él y no les supone ningún bloqueo en la toma de decisiones.
¿Cómo son capaces de hacerlo? Porque han trabajado y desarrollado de manera eficaz su Inteligencia Emocional.
Cómo desarrollar la Inteligencia Emocional
Este término, como ya sabréis, tiene una relación directa con el autocontrol y se refiere principalmente: a la capacidad de entender tus propias emociones y saber manejarlas.
Si nunca habías pensado en esto, te aconsejamos que empecemos con ello.
Ya hemos hablado de que para ser líder, hay que tener desarrollada la Inteligencia Emocional. ¿Y a qué nos referimos concretamente?
- Autoconocimiento
Algo básico, que forma parte de la Inteligencia Emocional, es el tener conciencia de uno mismo.
Si sabes perfectamente quién eres y cómo te sientes, sabrás bien cómo manejar tus emociones y qué acciones puedes llevar a cabo para producir ciertos efectos en aquellos que te rodean y en ti mismo. Esto implica seguridad pero conocer también las fortalezas y debilidades: implica humildad.
- Autocontrol
Un líder, al conocer sus sentimientos y emociones, siempre va a mantener el control ante una situación que les afecte y pueda provocar estrés, inquietud o incertidumbre.
No toman decisiones apresuradas, ni por supuesto, atacan a nadie con el fin de imponer su “liderazgo” – si esto ocurriera, lo llamaríamos autoritarismo-.
Un líder con inteligencia emocional, es una persona absolutamente comprometida con su responsabilidad personal.
- Motivación
Es lo que mueve a un líder y a todo el equipo que tiene a su lado. Estar orientados hacia un mismo objetivo y perseguirlo yendo en la misma dirección, es imprescindible para que los resultados sean alcanzados con la máxima efectividad.
La inteligencia emocional, lo engloba, porque la motivación no siempre existe pero sin embargo el líder es capaz de crearla, de mantenerla y de re-encontrarla cuando la ha podido perder.
- Empatía
¿Seguirías las pautas, costumbres y formas de una persona apática, desagradable y a la que no le importas? ¡Pues es más que evidente que bajo ningún concepto!
Sin embargo un líder va a mostrar empatía constantemente, le preocupan las personas que le rodean y crea un círculo de retroalimentación de ayuda, empatía, escucha, comprensión…
- Habilidades Sociales
De la mano de la empatía, vienen las habilidades sociales, imprescindibles para que la Inteligencia Emocional se ponga de tu lado en el Liderazgo.
Ser capaz de escuchar y ser escuchado, de recibir tanto buenas como malas críticas.
Mostrarse abierto al cambio, a los nuevos retos, a la improvisación. De esta forma la mente buscará alternativas constantemente y se volverá más hábil, más fuerte y más experimentada.
Por supuesto, las habilidades sociales implican ser capaces de resolver conflictos laborales que se salden con la mejor solución, para todas las partes, incluidas para él/ella mismo/a.
- Conciencia Organizacional
La correcta gestión del tiempo y conocer las prioridades de cada momento, es una característica que nunca podemos olvidar ni dejar de lado si queremos desarrollar nuestra Inteligencia Emocional.
Una persona desorganizada, que pierde las cuentas de lo que tiene que llevar a cabo o que no sabe qué es más importante, no es ni inteligente emocionalmente ni líder.
La toma de decisiones parte en gran medida de esta capacidad de organización, de tener una mente rápida gracias a que está bien organizada, bien “amueblada”. Si no fuera así, cada vez que quisiéramos tomar una decisión, miles de ideas, pensamientos y emociones nos vendrían a la cabeza y nos perturbarían esa rapidez y claridad que necesitamos ante una decisión importante.
Estos son tan solo algunos de los principales elementos de la Inteligencia Emocional, pero evidentemente tiene ramas interminables que derivan en otras cientos de capacidades y habilidades que necesitamos para ser un líder con la Inteligencia Emocional bien desarrollada.
Trabajar en el desarrollo personal de uno mismo es siempre beneficioso tanto para el ámbito familiar como para el profesional. Conocernos y saber manejarnos en situaciones de todo tipo y no quedarnos bajo un efecto de bloqueo, falta de acción y determinación es fundamental para el día a día.
Te animamos a que desarrolles este elemento, los resultados a tu alrededor serán en gran parte, gracias a ti.