La influencia desde el liderazgo
La influencia no se puede cuantificar aunque sí, analizar. Y es que las personas que influencian sobre otras personas, organizaciones o empresas deben ser capaces guiar y liderar.
¿Cómo? Evidentemente existen ciertas técnicas que posibilitan que haya cierta persuasión sobre otras a través de unas herramientas sutiles y naturales.
Cómo ejercer influencia
Motivar y promover la productividad no implica dirigir, amedrentar o imponer. Precisamente de esto trata la influencia, de la capacidad de hacer que otros se sientan identificados con la empresa y aumenten de manera autónoma sus esfuerzos para mejorar los resultados y alcanzar los objetivos establecidos, en este caso por una compañía.
Es el llamado liderazgo que ha evolucionado con el paso de los años, modificando también las conductas estrictas y rígidas de muchas compañías y sus empleados, aquellos a los que preferimos llamar equipo.
Se entiende por buen líder una persona con determinadas características que a través de una buena comunicación con el equipo, es capaz de alcanzar los objetivos planteados sin necesidad de utilizar un comportamiento autoritario.
Que un líder sea capaz de influenciar en el resto de compañeros, depende de un compendio de rasgos, entre los cuales se encuentra la seguridad en uno mismo, la empatía con el equipo y cómo no, la transmisión del sentimiento de optimismo, positivismo y motivación que se contagia en los demás. Se convierten finalmente en un ejemplo a seguir.
A través de su actitud consiguen influir en el comportamiento del resto del equipo, por lo que normalmente alcanzan de manera exitosa las metas establecidas de manera común.
Lo harás bien si reúnes estas características
Para influenciar en un número mínimo de personas, de una manera natural y coherente hacen falta al menos reunir los siguientes rasgos:
- Ser una persona íntegra.
- Asumir las responsabilidades y ejecutarlas.
- Transmitir confianza y honestidad.
- Coherencia en sus actuaciones.
- Persistentes, disciplinarios y trabajadores.
- Mostrar empatía por el resto de compañeros y respetar su trabajo.
- Saber escuchar.
- Ser firme y mostrar seguridad en sí mismo.
- Tener criterio propio, ser objetivos.
- Sentirte parte del equipo con autoridad y firmeza en cuanto a las decisiones.
- Optimismo.
- Y sobre todo, no olvides el reconocimiento al/s responsable/s de que el resultado haya sido como se esperaba, e incluso mejor.
Aunque son muchas las características que hay que reunir para ser un líder influyente, en realidad existen personas que las llevan de manera innata o que han trabajado duro para conseguirlas.
El concepto de “jefe” ha evolucionado con el paso del tiempo y se han modificado actitudes ante la constatación de que el equipo produce más cuando se siente bien, motivado y seguro de sus capacidades que cuando está sometido a presión, inseguridad y se siente incomprendido.
Si deseas mejorar tu capacidad de influencia y otras cuestiones relacionadas con ésta, puedes ponerte en contacto con nosotros, ya que en Pyrsel Consultores abogamos por el desarrollo directivo de profesionales con responsabilidades y que supondrán también una mejora en el desarrollo personal.