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Delegar, el gran problema de muchos empresarios

Un empresario con un volumen de trabajo considerable, debe contar con personal en el que delegar responsabilidades. Ser empresario no implica ser héroe, omnipotente ni extraterrestre.

Ser empresario consiste en la capacidad de gestión y administración, tanto de capital monetario como humano y de trabajo. Conocer a fondo tu propio negocio te permite conocer las necesidades y realizar una escala de prioridades, unas que dependan única y exclusivamente del gerente y otras muchas que seguro pueden producirse con mayor eficacia y productividad si las dejas en manos de otros profesionales.

El tiempo es esencial para que la compañía siga creciendo y ofrecer un servicio de calidad siempre es prioridad. Para alcanzar este objetivo, una sóla persona no puede asumir el peso de todas las responsabilidades así que: empieza a delegar.

Para delegar, necesitas confiar

Ante todo un profesional con una gran carga de trabajo necesita confiar para delegar; confiar en aquellos que trabajan con él/ella, en esas personas que pueden asumir responsabilidades, tomar decisiones y que son igualmente profesionales. Personas que desean desarrollar de manera competente y exitosa su trabajo. Por tanto el primer punto es confiar en la profesionalidad de los demás.

Pero, ¿qué pautas seguir para delegar y “andar por el mismo camino”?

Estas son algunas:

  • Definir correctamente los objetivos. Una explicación clara, profunda y detallada es esencial para que empresario-trabajadores puedan llegar al entendimiento y de esta forma caminar en el mismo sentido.
  • Comunicación. La comunicación en este aspecto es esencial. Que entre los colaboradores os entendáis es tarea primordial, pero también lo es mantener una comunicación estable y periódica de los sucesos que acontecen.
  • Haz una buena elección. Analiza y valora distintos perfiles, antes de decidir en quién delegarás y cuáles serán esas responsabilidades.
  • Si tienes el método, explícalo. Marca el camino, establece la forma en que deseas que se desarrollen las tareas y no dejes lugar a dudas. Detalla cuáles son las acciones que llevará a cabo y las competencias que tendrán, de esa forma la delegación tiene más probabilidad de resultar exitosa. Asegúrate de que la otra/s persona/s lo ha entendido.
  • Delegar no es sinónimo de olvidar. Si delegas, es porque tú sólo/a no puedes, pero sí puedes revisar y hacer seguimiento con determinada periodicidad, de manera que te ayudará a comprobar si los resultados están siendo los esperados y los medios utilizados son los correctos. Si todo va bien, sentirás que son tus propias manos y mente la que lo están ejecutando. Tu confianza aumentará, pero igualmente en ningún momento dejes de supervisar.
  • Valora el trabajo. A todo el mundo le gusta adquirir responsabilidades y que un superior confíe en su trabajo, pero también se agradece que éste sea reconocido. Si todo va conforme tú mismo lo harías y según como esperabas, no dudes en reconocerlo y aplaudirlo. El personal con responsabilidades tiene que encontrarse igualmente motivado que cualquier otro.

Un buen líder sabe orientar, distribuir tareas y trazar el camino. Delegar es una característica esencial que todo líder debe poseer para ser considerado como tal.

Si tú aún no lo has conseguido, en Pyrsel Consultores nos preocupamos ciegamente de todo empresario/a pueda alcanzar sus objetivos y no necesariamente sólo. Confiamos en sus capacidades, pero el desarrollo directivo no consiste en asumir todas las responsabilidades sino en saber gestionarlas correctamente. Si quieres evolucionar en este aspecto, puedes contar con nuestro Programa10. Contacta con nosotros.